Su cara presentaba marcas claras del paso del tiempo como la pintura añejada en casas de madera. Un esqueleto vivo con pelo largo blanco erráticamente peinado hacia atrás con medio encéfalo calvo. Sentado ahí, como con su ropa de domingo, guayabera crema, pantalones marrones y zapatos negros; pero apuesto que para el, todos los días eran domingo.
Anclado en la escalera de su apartamento antiguo en El Viejo San Juan haciendo el mismo gesto repetitivo una y otra vez. Un gesto como si se preguntara y se reafirmara la contestación a esta constantemente poniendo una de sus manos en gesto de "¿que paso?". Luego, unas zapateadas en los escalones seguido a mirar a ambos lados con una sonrisa llena de dientes decayentes preguntando a quien de casualidad este pasando en el momento "¿Que hora tiene usted?" en voz moribunda. Por último, mira hacia el suelo; y re-establece su cuerpo en sitio con la ayuda de sus manos como si se volviese a sentar en el escalón. Todo ocurre nuevamente en un patrón que parece ser interminable hasta que la aguja de su disco mental salte el rayazo.
Yo ayudaba a mudar a mi mejor amigo al Viejo San Juan cuando descubrí a este señor sentado ahí en un patrón repetitivo en el otro lado de la calle. Entendiendo bien en el purgatorio en cual se encontraba su alma de no poder escapar una escena de seis o siete minutos. Mi mente sintió el dolor y no pude resistirme en ser empático sobre esto ya que estudio psicología. Lo mas seguro tenia algún tipo de demencia, esquizofrenia, o pues, tristemente tiene alzheimer que es la peor.
Aquí en Puerto Rico, no me esta nada extraño que las enfermedades mentales tengan un apogeo descomunal. Los casos de alzheimer, esquizofrenia, demencia, trastornos de ansiedad, depresión, fobias sociales, trastorno de obsesivo compulsivo, PTSD (Desorden de síndrome post-traumático), todo un gran gama de trastornos y deficiencias de personalidad bien abundantes en una población de casi 4 millones de personas.
Un gran pensador, Frantz Fanon, quien se enfocó en el tema de la descolonización y psicopatológica de la colonización, destaco básicamente que el colonialismo bajo sus mecanismos opresores y la mentalidad colonial (El intento de asimilar al colonizador para desplazar su propio menosprecio inconciente) sumadas a las presiones misceláneas de una sociedad como: la economía, prejuicio social, el ambiente, criminalidad, violencia, inestabilidad política, ponen en estrés mental a la sociedad dando una posibilidad más amplia a conducta anormal, perturbaciones o trastornos psicológicos.
¿Cuáles son algunos elementos de este proceso deformativo en la sociedad puertorriqueña? Puedo considerar que las más grande influencia es la presión económica ya que operamos bajo una mentalidad materialista; por lo tanto el miedo a perder lo material nos amenaza la supervivencia. La inestabilidad política confunde la masa y también resulta en angustia colectiva. La falta de identidad como nación, aunque nos cataloguemos orgullosamente como puertorriqueños, tiene cierta similitud a la confusión que sufre un adolescente cuando no ha definido su identidad, pero a un nivel colectivo. La constante manipulación de perspectivas que dan mentalidades mal adaptantes en la sociedad da conflictos que acumuladamente pueden llegar a crisis colectivas.
La isla ha llevado operando en este son por centurias. Y no me esta nada extraño que nuestra población sea afligida por tantas psicopatologías así sean socialmente o personalmente causadas por tanta confusión, estrés y conflicto. Cuando esta información el puertorriqueño la pueda asimilar, tal vez es que este preparado para terapia en masa.